diumenge, 5 de juliol del 2009

Nunca sabes cómo va a acabar el día


Domingo. Qué asco de día, pensaba. Un calor insoportable, que no te deja hacer nada, estás ahí, tirado en casa, trabajando, o intentándolo... Has pasado todo el día sentada frente al ordenador. Vaya destino, el de estudiante. Qué depresión de día, pensaba. Era ya media noche. Qué más podía esperar de un día así?

De repente, el viento, los relámpagos, todo fue muy rápido. Las ventanas golpeaban y parecía que había entrado un poltergeist en casa. Yo estaba sola. Escucho gritos en la calle. Eran en catalán? No podía ser. Un momento, había oído el mítico grito blaugrana? No, no podía ser. Era Ramon? Estoy por llamarlo al teléfono, cuando suena el timbre de casa. No tan sólo Ramon, sino Albert y Pere me venían a buscar en bañador para que yo también me animara y me uniera al baño bajo la lluvia.

En 2 minutos estaba ahí abajo, y nos fuimos, como no, a las camas elásticas que hay delante de mi casa y donde te puedes colar fácilmente por agujeros varios. Ahí hemos desestresado nuestras tensiones debido a la tesis, los exámenes y demás. Había otro grupo de italianos que se han apuntado, algunos de ellos ex-erasmus en españa. No, si al final todo queda en familia.

He quedado con los italianos que si me buscan algún día, sólo hace falta que griten mi nombre y saldré al balcón, o bajaré a saltar un poco a las camas elásticas, para liberar tensiones.

1 comentari:

Miguel ha dit...

Que grande el desenlace, perfecto